“Ser madre me ha hecho una mujer más creativa”

HUANG CHAO DICE ADMIRAR LA LIBERTAD CON LA QUE LOS DOMINICANOS GUÍAN A SUS HIJOS

Mayra Pérez Castillo
Santo Domingo
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, cita la Biblia en el libro de Génesis 2:24, versículo que parece difícil al momento de practicarla, aun cuando la distancia sea de unos cuantos minutos, cuanto más si esos minutos se convierten en un largo día. Es el caso de Huang Chao, quien con el fin de vacacionar tomó un vuelo desde Shanghai, China, con destino a República Dominicana, pero su estancia en estas tierras aún persiste.
Durante una sección fotográfica realizada en el Jardín Japonés del Jardín Botánico, Huang cuenta su historia a LISTÍN DIARIO. Dice que tras instalarse e iniciar su recorrido vacacional en el país conoce en casa de una amiga al pintor dominicano Fausto Jácquez, quien con su amplia visión de arte, buen sentido del humor y otras tantas cualidades, despertó su atención. Explica que logran intercambiar palabras gracias a que ambos poseen un buen dominio del inglés, pues ella habla muy poco español y él no habla el mandarín.
Inician una amistad, luego un noviazgo. Ella regresa a su país, él visita Shanghai, China, para realizar una investigación de la historia sobre arte y cultura. Culminada la investigación deciden unir sus vidas para siempre.
Regresan a Santo Domingo, se casan, y el fruto de esa unión nace Yuyu, una niña de dos años de edad, que ha pesar de su corta edad posee gran dominio de ambas lenguas, aunque el mandarín más perfectamente.
Tanto Huang como Jácquez, consideran que su buena relación está basada en respeto, amor y comprensión, lo que desenvocará con éxito en el desarrollo de la vida de su pequeña hija.
Cambio de actitud
Dice la madre oriental que es Yuyu la persona que provoca en su interior una autoescudriñación, para buscar aquellos aspectos que podrían beneficiar la crianza de la infante. Entonces reconoce que le gusta e impresiona la libertad que proporcionan los padres dominicanos a sus hijos, pero considera que la unidad familiar con la que se identifica su cultura es sumamente importante, por lo que en estos 48 meses de la vida de Yuyu, ha intentado sembrar y desarrollar en su formación ambas cosas.
Agrega que otra de las cosas que ha despertado ser madre es el ayudar a otras personas en el ámbito espiritual.
Sobre Chao de Jácquez
Ha participado en más de 12 películas de artes marciales en Shanghai, las que la llevaron a estudiar el Tai Chi para perfeccionar sus movimientos en los papeles de los filmes.
Es desde ese momento que inicia su devoción por dicha disciplina, la que decide enseñar al llegar a nuestro país.
Las clases de Tai Chi son impartidas en la escuela de Alina Abreu desde hace dos semanas, en horario de 9:00 a 10:00 a.m. y de 4:00 a 5:00 p.m. los lunes y jueves, mientras los martes y jueves son de 6:30 a 7:30 p.m. El Tai Chi es una meditación en movimiento, resultado de la unión de 16 artes marciales junto con técnicas de la medicina china.
Mientras que en sus objetivos está el ofrecer una respiración profunda y lenta para oxigenar mejor los órganos vitales, hacer conciencia de que las buenas intenciones ayudan primero al que las siente, serenidad, entre otras.

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