El pago de los placeres

Mañana inicia oficialmente la Semana Mayor, estructurada originalmente en gratitud del sacrificio que Jesús hizo por la humanidad al padecer en la cruz por el pecado del mundo. Es un tiempo en el que se supone que quienes creemos en Él deberíamos apartarlo de los placeres y dedicarlo al analisis de nuestras vidas. Hacer una parada y ver el camino que seguimos, despojarnos de las distracciones y adentrarnos en el propósito de nuestra vida espiritual.
Lamentablemente en la mayor de los casos esta celebración santa se ha convertido en una conmemoración promiscua que nada tiene que ver con el objetivo del Salvador del Mundo, los hogares e iglesias quedan vacías; las discotecas, las playas y demás centros de diversión se llenan, en ocasiones haciendo equipo con alcohol, droga, adulterio, fornicación y hasta con la muerte a través de la imprudencia... para ellos las autoridades deben destinar todos sus esfuerzos para que en su imprudencia no se autodañen. ¿El dominio propio que se nos regaló del cielo dónde queda? ¿Solo tiene siete días la vida? Las respuestas son muy particulares, lo que si nos compete a todo es saber que hubo uno que a precio de sangre pagó para que tu cuerpo sea libre y tu mente se alegre en sus deleites, para que no murieras precisamente por las cosas con las que hoy se les agradece.
Deten tu paso. Pregúntale a Cristo cómo desea que le des una vida agradable a sus ojos, busca en la biblia su testamento y úsalo como mapa de estilo de vida, no cuesta nada y solo deja bienestar.

¡Feliz día!


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