Espejo Sucio
Nuestros
antepasados se maravillaban de poder ver su rostro plasmado en el agua, imagino
que ver su sombra era otros de sus fascinaciones. No por nada las grandes riquezas
de las tierras del Nuevo Mundo fueron cambiadas por simples instrumentos baratos, propios de la civilización y que su precio real no
lo paga el oro, ni el papel dinero y la plata. Conocer lo que ven los demás,
mirar las características que nos definen, contemplar nuestra forma es una
grandeza para los que poseemos amor por nosotros mismos.
El
espejo también es un enemigo de los que se ven con desprecio o los que poco les
importa su proyección. ¿Cómo saber de cual lado estamos? Es fácil pero primero
quiero que conozcas la historia de ese elemento imprescindible en la vida de
todo ser humano, excepto de aquellos que aún viven en las tribus. Sí aún los
hay aquí en este continente.
Para
los años 200 ya existía en Alemania y como todo lo que tiene que ver con
vanidad nace en Roma, ellos también lo usaban, me fascinan. En Egipto para el
año 300 y en Mesopotamia en el 400. En América mil años después por los
Españoles.
PersonalidadCon este
contexto histórico ya puedo revelar mi análisis partiendo a observaciones
durante unos cuantos años, el espejo personal de cada individuo refleja su
propia estima. Todos los tesoros del planeta si tuvieras la oportunidad de
apreciarlo no te gustaría tener interrupciones, a los museos vamos y podemos
pasar horas observando cada aspecto porque hay placer, te acercas y te alejas,
analizas y vuelves a mirar. Así inconscientemente ocurre con nuestra silueta,
quien se siente bien consigo mismo es capaz de contemplarse sin escatimar
tiempo, no sin antes dejar reluciente al aliado que se lo permitirá. Una
persona en depresión difícilmente sea encontrada en un espejo, alguien que ha
cometido un error que le afecta y al que se siente miserable y maldito el
espejo es su enemigo.
Los espejos
de los insatisfechos son sucios, opacos y tristes; quizás hasta con mojo lo
imagino. Los de los de corazones entusiastas y agradecidos, aun cuando por
criterio popular sean feos, encuentran placer al mirar a su mejor compañía
eterna: su propia persona. No admitirá verse con puntitas de humedad, ni con
dedos marcados, antes lo despojará de todas ellas para mirar claramente.
La
imagen del espejo concentra la percepción que tenemos de nosotros mismos y lo
que deseamos mostrar a los demás. Más allá de un simple instrumento estético el
espejo en el espejo está el concepto que guardamos de nosotros mismos. Si
tienes la oportunidad de observar el espejo ajeno, también sabrás cómo está su
alma. ¡Ojo! Los de maquillaje se ensucian ellos solos.
¿Y
tú espejo cómo está?
Comentarios
Publicar un comentario