¡No tengo nada que ponerme!

¡No tengo qué ponerme! Que levante la mano la mujer que no lo haya hecho esta exclamación aún careciendo de espacio para colocar toda la ropa con sus respectivos accesorios… pronto, muy pronto, prontísimo los caballeros se nos unirán a la queja, con el cambio de mentalidad... no lo hagan la vida de una mujer no es nada fácil.

Desde hace un tiempesito he implementado la técnica parisina, siempre bellas pero sencilla; y vaya sí que me ha funcionado.
Lo primero es eliminar las excusas. Cada vez que dilatamos en buscar y buscar en el mar de ropa en la mañana le echamos la culpa a “No tengo qué ponerme” por llegar tarde a las reuniones, a clases y al trabajo… analízalo. Si es tu caso ahora deberás actuar a acomodar tu closet para que todo tenga fácil acceso, dividiéndolo en tres segmentos: Trabajo, casual y festejo. Dentro de cada uno pon delante las prendas más claras y cortas delante hasta llegar a las más oscuras y largas.

Guarda encima del closet o aparte en un cajón las que no vayas a utilizar al menos en tres meses, así no te viciarás utilizando siempre la misma por comodidad. Recuerda que la imagen es la primera comunicación que tiene el público contigo, en ese sentido debes cuidar lo que dices a través de ella.

Hecho todo esto estas lista para tener siempre qué ponerte y en fracción de minutos estar lista.
Puedes hacerlo día tras día, preparando el atuendo el día anterior o semanal, que es como lo hago yo y el que entiendo que mejores resultados da.

Los fines de semanas escoge cinco outfits y mídetelos para comprobar que te quedan como quieres; luego de aprobados colócalos en una misma percha con los accesorios que usarás, todos en orden de día… ¡Ojo!: escoge las prendas según tu agenda.
Un buen aliado es un colgador de ropa portátil del closet.
En principio será algo raro pero amarás hacerlo cuando veas los resultados:
1. Más tiempo para dormir en la mañana.
2. Podrás maquillarte desde la casa y desayunar en ella; en el caso de los hombres también.
3. Evitarás los errores del factor prisa.
4. Serás más atinada en tu elección.
5. Se notará el cambio.
6. Llegarás alegre a tu lugar de trabajo o cualquiera que sea tu destino… ¿Qué más se puede pedir?


¡Vamos, anímate y que tu belleza siempre esté fríamente calculada!