Justa rebeldía


Hola queridos lectores, luego de dos sábados sin publicar hoy me he obligado a hacerlo... no es por falta de contenido, siempre tengo. Pero en la vida del ser humano ocurren situaciones que nos dejan paralizados y hay que parar para continuar.
Lejos de eso hoy quiero traer un tema que que he analizado. Una realidad en la adultez pocas veces se entiende y que como todas las cosas en la vida que tienen una correcta explicación termina siendo un peligro para el individuo no comprendido. De lo que hablo es de la "rebeldía", que es un acto de resistencia a una autoridad a la que debes obedecer, ¿cuándo? Cuando esta así lo disponga.
El problema está que de niños nuestra autoridad son nuestros padres que nos aman, quienes con disciplina y amor diseñan leyes con misericordia. Aunque no lo entendamos sabemos que viene de un ser que no nos hará daño.


Pero esta etapa ya pasó y los actos de rebeldía cobran otro matiz, porque nuestra  supuesta rebeldía en la mayor parte de los casos es la lucha por nuestros derecho y no una resistencia a la figura de autoridad. No podemos ser rebeldes a nuestro propio derecho para ser sumisos a imposiciones de otros.  No digo que la rebeldía sea buena, hay muchas ocasiones que no lo es. El asunto está en determinar con justicia, si lo que se nos pide es justo y válido. Si lo es, aunque nos duela, debemos de hacerlo. Si no lo es, no es rebeldía, es ejercer el derecho que te corresponde, dentro y fuera del hogar, del país y del mundo.

Un ejemplo de que la rebeldía no siempre es mala está en Jesús, cuya conducta fue rebelde frente a los ojos de las autoridades humanas porque no les convenía ni su discurso, ni acción para traer amor al mundo. Por amor propio te puedes rebelar con valentía, sabiendo que justicia no tiene ojos para nadie y esto te incluye a ti.

Será hasta la próxima semana, no olviden dejar sus comentarios.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares