Sé un gato, nunca un perro


Analizando las cualidades de los perros y los gatos, cosa que me gusta mucho hacer con todos los animales, encontré mucho parecido con los seres humanos, en cuya conducta también me gusta  reflexionar.


Muchos saben que son una fiel admiradora de los felinos ¡me encantan! Mientras que a los caninos me son graciosos, me gustan. Ambos grupos físicamente son encantadores y al igual que los humanos tienen características y cualidades… ¿cuáles son? Vamos a describirlo por separado y luego analizamos. Perro y gato que son los representantes, de estos grupos, más cercanos a nosotros. Vaya perros y gatos, muy diferentes o no, hay personas que actúan y piensan muy parecido a ellos. Veamos:
El Perro: Siempre se le ha asociado por ser, según el argot popular, “el mejor amigo del hombre”
1. Delimita su territorio (cualquiera que sea) con orina.
 2. Aferrado a la voluntad y caprichos de su dueño.
 3. Muestra su estado de ánimo siempre.
 4. Mueve su cola en señal de alegría ante la menor manifestación de afecto.
 5. Come sobras.
 6. En su etapa de reproducción la hembra cede al macho sin obstáculo alguno.
 7. Dependientes de sus amos o dueños.
 8. Atentos a la voz de sus dueños. 
9. Alta capacidad para compartirlo todo (comida, espacio, afecto).
10. Los mayores someten y/o se divierten con los pequeños.

El gato: Asociado al mundo paranormal y, al igual que a la mujer, se le atribuye tener un sexto sentido.
1. Delimita el territorio humano mediante una aptitud y para los de su misma especie con orina.
2. Adopta la conducta de su dueño. 3. Tienen la capacidad de discernir el estado de ánimo de su amo y de salud (mediante el olfato).
 4. Diestros cazadores: Pacientes y ágiles.
 5. No come cosas putrefactas, ni sobras, aún las de sí mismo las rechaza. Son selectivos en sus alimentos.
 6. En su etapa de reproducción la hembra juguetea con el o los machos hasta desesperarlos.
 7. Responde frente a las conductas: mimos con mimos, agresión con agresión.
 8. Capacidad para ignorar, aunque te escuche puede voltear la cara aunque te ceda su oreja orientándola a la dirección de tu voz.
 9. No comparte, a menos que así lo decida ocasionalmente. 
10. Toman sus propias decisiones. Relación con la actitud humana Del único animal del que la biblia hace referencia, varias veces, de conductas indignas es del perro, un símbolo de autocompasión y mediocridad.
“Guardaos de los perros…”, efesios 3:2; “Mas los perros estarán afuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira”, apocalipsis 22:15. El perro representa a las personas que carecen de amor propio, sin honor y masoquista. Y se preguntarán ¿cómo puede ser eso? Sí. Si tienes amor propio eres incapaz de permitir humillaciones sonriéndole a quien realiza esta deshonrosa acción, más bien exige el trato que mereces: Respeto. Cuando te conformas con las sobras, dejas de medir el valor emocional de las cosas, asumiendo que cualquier detalle está bien, es otra evidencia de la falta de autoestima. Mover el rabo (muestra de satisfacción) a quien maltrata, de palabra o hecho, aferrándose a esa o ese individuo, es muestra de poco valor. No defender tus puntos de vista, ni tener un criterio propio, es una acción de los caninos, una evidencia de falta de honor y masoquismo. El gato es alegre y digno, tómalo en ese sentido como ejemplo. De nadie en esta vida hay que ser dependientes, mucho menos para sentirse con valor, como tampoco todo en la vida se comparte, a menos que nos dote de alegría, una razón por la que tienes que debe ser selectivo a la hora de elegir a quienes estarán cerca durante un período largo o para toda la vida. Solo a ti te corresponde hacerlo, a nadie más. No obstante, Hay que discernir el entorno para poder decidir nuestras actitudes, para tomar las decisiones de nuestras vidas. La alimentación es una de las necesidades básicas e imprescindibles de todo ser vivo, por lo que al igual que el gato, hay que ser selectivos, no comer para estar llenos, sino para quedar satisfechos, al punto de considerar basura lo que quedó en el plato y no considerarlo nunca más como algo útil.
En ese sentido la mujer desde tiempos antiguos se ha visto representada en la astucia, delicadeza y destreza del gato, en todos los sentidos, en los que no escapan la sensualidad… para rogar se hicieron los hombres, si me lee alguno no me juzgue mal, tómelo por el buen razonamiento y en buen sentido. Dicho esto, continúo: Para darse a desear y esperar las mujeres. Por algo creó Dios al hombre primero y luego a la mujer. No des tu atención, ni tus palabras, ni tus oídos a quien no se la merece, préstate tu oído a lo que realmente merece la pena; no seas el eco de la voz de otro, ten tu propia opinión y defiéndela, actúa con dignidad, muestra tu honor: ¡Se un gato, nunca un perro!.

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